martes, 6 de abril de 2010

YANACONAS: Un movimiento musical, revolucionario y espiritual


Gustavo Luna bajista y compositor de la banda de heavy metal argentina define al grupo como “un movimiento político no partidario”. Con una intensa fusión de melodías pesadas y música andina y Mapuche, Yanaconas, nacida hace 15 años, sigue sumando adeptos. En una entrevista realizada por La Flecha (Radio Estación Sur, La Plata), Luna habla sobre la hermandad del metal y los Pueblos Originarios: “Hemos logrado fusionar una música indígena contestataria con rock pesado y eso es lo que lleva a la juventud a hacerse cargo de su identidad”. La historia de una banda que desde la música lucha por la descolonización. En palabras de Luna: “Lo que hace Yanaconas es desde la poesía seguir dándole aliento a los pueblos originarios”.

Por Indymedia Pueblos Originarios ((i))
Que la música es una importante arma de lucha es una frase conocida que le sienta perfectamente bien a Yanaconas, la banda de heavy metal argentina que se ganó un lugar único en el ambiente con sus melodías pesadas, la contundencia de su batería, los solos de guitarra y sobre todo, sus letras reivindicativas de las luchas indígenas.

El cuarteto, con Gustavo Luna en bajo, Sebastián Álvarez en batería y percusión, Xavier Dominguez en guitarra y Diego Majluf en voz, tiene un gusto especial para numerosos seguidores del heavy; es que son mucho más que una banda de rock, se autodefinen como un “movimiento cultural, musical, revolucionario y espiritual”.

“Yanaconas tiene un compromiso que no tiene ninguna banda. Hemos logrado fusionar música indígena contestataria con rock pesado”, señala el bajista y compositor Gustavo Luna.

El grupo surgió en 1993 en la localidad bonaerense Villa Ballester y en 1996 grabó su primer disco titulado “Yanaconas”. En 1998 editaron “Por la sangre derramada”, su segundo trabajo, que tuvo mayor repercusión que su opera prima.

El perfil urbano y metalero de la banda nace de la propia experiencia de vida de sus integrantes. Las letras hablan de los pueblos originarios, pero Yanaconas surgió en Buenos Aires y desde ahí planteó su compromiso, desdibujando la común asociación de lo indígena a lo rural. “Yo vivo en Buenos Aires y mi lucha es desde acá, no serviría ni desde el sur ni desde el norte, porque se cortaría esa unión, ese nexo que nos coordina y que hace que podamos continuar esta revolución cultural indígena, que tiene que prevalecer e imponerse a todas las culturas que han destrozado este continente”, sintetiza Gustavo Luna.

El bajista de Yanaconas, tiene además una historia personal vinculada a los pueblos originarios: “Yo me di cuenta a los 13 años de mi identidad por medio de mis abuelos. Yo no viví en comunidades, me considero un neo-indígena y me hago cargo de mi identidad, por descendencia y por haber visto y vivido lo que sufrieron mis abuelos de jóvenes, en el interior de nuestro país. Entonces por eso, me hago cargo y encabezo esta lucha”.

Yanaconas se caracteriza por una fusión musical altamente atractiva para sus seguidores. Las melodías pesadas que recuerdan a la histórica Black Sabbath mezcladas con una quena o un siku, hacen de Yanaconas una banda única en su género. “La fusión musical se da porque yo me formé escuchando rock inglés, desde Led Zeppelin hasta Los Beatles, pero además me gustaba la música andina. Nosotros tomamos esa fusión y después fuimos mezclándola con música mapuche y tehuelche”, explica Luna.

Además, aclara que no se trata de algo improvisado, sino que por el contrario hay un estudio previo para la composición de cada pieza. “Si hacemos un tema mapuche, no ponemos instrumentos andinos, como quenas. Tenemos un previo conocimiento de lo que es la música, la temática y la forma de vida de cada pueblo, estamos en un constante aprendizaje”, señala.
HEAVY METAL E IDENTIDAD

¿Qué es lo que hermana a los pueblos originarios con el heavy metal? Luna es claro en este punto: “El heavy en Argentina, siempre tocó y pegó más en las clases bajas, no pegó en la clase alta. Siempre se ve una hermandad entre el público; en un pogo uno se cae y el otro lo levanta, se toma una cerveza o se comparte un diálogo, entonces esa hermandad fue dándose de manera similar que la que se da entre los pueblos indígenas”.

Luna considera que el pionero en este movimiento fue Ricardo Iorio con Hermética, banda que también abordó en sus letras la lucha de los pueblos originarios. “Iorio habló siempre muy bien de Yanaconas, dijo que era una banda que trataba la temática indígena como nadie”, destaca.

El bajista reconoce sin embargo que no todo heavy es igual: “hay gente tan ruin como en cualquier otro género, hay bandas y estilos dentro del ambiente metalero que no apoyan a las bandas de lo que llaman el ‘heavy cabeza’. Para muchos nosotros somos eso, si lo dicen por ‘cabeza negra’, yo me siento orgulloso, porque mi abuelo era cabeza negra”.

En cuanto al público de Yanaconas, si hay algo lo caracteriza es la firmeza y la constancia. Tal como señalan sus integrantes: “no nos viene a ver gente, tenemos seguidores”.

Las personas que nos siguen tienen un pensamiento bastante revolucionario y de ofrecer soluciones a toda esta podredumbre que estamos viviendo en América, desde México hasta casi todo el Cono Sur”, manifiesta Gustavo Luna.

Sin embargo, como pasa con la mayoría de los conjuntos musicales, no sólo son escuchados por sus letras, sino que también están quienes se acercan a la banda por su música.

“Yanaconas además tiene seguidores que no conocen del tema de pueblos originarios, muchos se acercan porque somos una banda nacional de heavy y les gusta lo que generamos musicalmente, pero de todas formas no dejan de lado las letras”, explica Luna.

El músico señala que “los que se acercan al grupo por la música, cuando empiezan a leer las letras, se dan cuenta realmente de que se trata de una lucha pura y noble”.

Yanaconas se formó desde el esfuerzo y la autogestión, peleando dentro de un ambiente de competencia y de música cada vez más comercial. En este sentido Luna expresa: “Nos costó mucho, Yanaconas es una banda que tiene 16 años de vida y a veces nos preguntan ¿cómo no se llegó a más?, y no se llegó a más porque no quisimos vender este producto baratamente con seres que existen en todos lados que son detestables, en lo que respecta al manejo del negocio”.

Sin lugar a dudas, el punto más fuerte de conexión con el público se da con los propios pueblos originarios. Numerosos jóvenes de distintos lugares del país se identifican con las letras y composiciones de la banda. “Lo que sirve de lo que hace Yanaconas es desde la poesía seguir dándole aliento de lucha a los pueblos, como los Mapuches que cada vez toman más las tierras y se identifican con esta música, cosa que no pasó con el folclore, ni con otros géneros. Eso logra Yanaconas, que los pibes se hagan cargo de su identidad”, destaca Luna.

No hay comentarios: