lunes, 27 de abril de 2009

MEXICO_ Influenza: epidemia y manipulación

MEXICO_ Influenza: epidemia y manipulación Enviado por: "Jaime Francisco Navarro Aguirre" jaime_francisco_navarro_aguirre@yahoo.com.mx 25 de Abr, 2009 Enlace_Mexico@gruposyahoo.com

Influenza: epidemia y manipulaciónPor: Edgar González Ruiz
Las enfermedades se combaten con medicamentos y con prevención. En el caso de la epidemia de cierto tipo de influenza, también llamada gripe porcina, que está afectando a México, la premisa que agrava el problema y que aterroriza a la población, no es evidentemente la existencia misma de la enfermedad, ni siquiera la falta de vacuna contra ella, sino el hecho de que la población no tiene fácil acceso a su tratamiento.
No existe vacuna para muchas otras enfermedades, que a la gente no aterrorizan porque tiene acceso a las medicinas o tratamientos correspondientes. Entonces, el problema no es, como se empeñan en probar los demagogos de la televisión al servicio del gobierno fecal, la inexistencia de la vacuna, sino el hecho de que aún cuando se sabe cuáles son las medicinas para curarla, contrariamente a lo que la lógica prescribiría, no se distribuyen ampliamente en farmacias, consultorios privados y hospitales, sino que el gobierrno ha advertido que no las repartirá de esa manera, sino sólo a los enfermos ya diagnosticados, pero sólo como un decir, sin que nadie tenga la certeza de que así será.
Y el hecho es que si una persona enferma de ese mal y acude a un médico, este le podrá recetar una medicina que no va a conseguir, porque está en manos del gobierno federal, y la opción que puede quedarle al paciente es, en el peor de los casos, ir a morir misteriosamente a un hospital público, donde quizás tampoco se le suministrará el medicamento.
Esto es lo que hace a la gente permanecer en sus casas, con cubrebocas, o salir a comprar cualquier antiviral, presa de un miedo, muy razonable, porque si se enferma de la mencionada influenza, y acude a un consultorio privado, o a una clínica, no se le van a poporcionar las medicinas.
Se trata de una especie de guerra bacteriológica del gobierno fecal contra el pueblo de México, y en particular de la capital, cuya sociedad siempre ha rechazado los proyectos derechistas. Obviamente, el problema, la epidemia existe, lo que el gobierno de Fecal está haciendo es agravarlo a un nivel mortal, al negar esa distribución amplia de medicinas antivirales. Se le dice al pueblo que las medicinas existen, pero no se encuentran a su disposición.
Se le transmite a la gente el mensaje de que, como si viviera en épocas remotas del ahistoria, lo único que puede hacer frente al riesgo de la influenza, es lavarse las manos (muy sana costumbre, sin duda, muy recomendable, pero existen tratameintos, por si de cualquier manera se contagia) y quedarse en su casa, evitar reunirse, etc. Como si no hubiera cura, porque ciertamente no la hay, para las personas, si los medicamentos no están disponibles.
En esa situación, cualquier enfermedad podría ser muy grave o mortal, basta imaginar lo que sucedería si se negaran las medicinas o tratamientos incluso para una diarrea, un resfriado, etc., si se le dijera al paciente que sólo en los hospitales, quizás, y tardíamente, se le podrá atender. Imaginemos que en esos casos se le dijera al paciente: no hay vacuna contra tu mal, y si enfermas, no encontrarás la medicina adecuada en las farmacias, porque todas las tiene el gobierno, y por ende, lo único que te queda es aislarte, lavarte y rezar para que no lo adquieras.
Mientras tanto, Fecal ha lucrado con la epidemia, queriéndose presentar como el gran caudillo, al grado de que, con bombos y platillos, hasta hace proliferar reuniones con sus funcionarios, las cuales no curan la enfermedad, como sí lo harían los medicamentes adecuados. Cabe esperar que en algún momento, surjan los spots de radio y televisión, de publicidad fecal, donde presente a ese personaje como el gran salvador contra la influenza, cuando en realidad, lo que su gobierno ha procurado es evitar que la gente pueda curarse fácilmente de ella.
Por el momento, su estrategia, muy cínica, ha logrado sembrar el terror entre la gente, principalmente de la ciudad de México, al grado de que muchas personas corren a las farmacias a buscar un tapabocas, como único remedio, según se le ha dicho, para evitar la muerte por influenza, que puede sobrevenir en cnco días, dado que el paciente no encontrará en el mercado las medicinas correspondientes. .
Se han suspendido las reuniones públicas, muchas cafeterías están vacías, mucha gente luce preocupada, angustiada, buscando cómo protegerse, se han suspendido las clases; en fin, se está creando artificiosamente una atmósfera similar a la que puede leerse en los relatos de las epidemias a principios del siglo XX, o antes, en épocas enq ue realmente no existían los tratamientos para esos males.
Simplemente, porque lo que no se ha hecho, y no quiere hacer el gobierno fecal, es la única solución que daría salud y tranquilidad a la gente: recomentarle medias de prevención, pero darle la seguridad de que, si se enferma, podrá conseguir fácilmente el tratamiento adecuado, en cualquier farmacia o con cualquier médico.
A la fecha, si una persona acude con un médico, y este le diagnostica la enfermedad, no puede ya hacer nada, porque no dispone de la medicina para curarla.
Significativamente, esta situación, del terror inducido hacia la epidemia, surge precisamente en el periodo de una competencia electoral que la derecha ha tratado por todos los medios de anular, es en algunos aspectos simiar a la de la manipulación del narcotráfico por parte de Fecal: se crea una psicosis, se agrava un problema, y se niega a la vez su única solución posible, que en ese caso sería la despenalizació n de las drogas.
En suma, el problema de la epidemia es real, pero no lo es la carencia de medicamentos para ello, pues hay también una estrategia muy clara, de parte del gobierno federal, para usar ese problema como un arma física y psicológica contra la población.
El gobierno derechista le niega a la gente el derecho a la seguridad social, le arrebata prestaciones, trata de desmantelar la educación pública, y ahora hasta le escamotea las medicinas que pueden salvar su vida. Ciertamente, es una situación terrorífica, una guerra del gobierno contra el pueblo.

No es una epidemiaPor: Jaime Avilés En su conferencia de prensa de ayer a las dos de la tarde, el secretario de Salud, José Angel Córdova Villalobos, afirmó que el virus de influenza porcina que ha ocasionado al menos 20 muertes en el valle de México se transmite de humano a humano, y no sabemos de ningún caso en que las personas infectadas hayan estado en contacto con cerdos " . Por lo cual recomendó que sigamos comiendo productos derivados de esos animales. Pero al mismo tiempo que así hablaba el funcionario calderónico, la agencia alemana de prensa, Dpa, distribuía información del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCPE) de Estados Unidos, que entre otras cosas reveló lo siguiente:En ese país, " desde diciembre de 2005 hasta febrero de 2009 se han confirmado 12 casos de humanos infectados con el virus de influenza porcina; todos, excepto uno, en personas que habían tenido contacto con cerdos. No hay evidencia de transmisión de humano a humano " .. El CCPE añadió: " Cuando una cepa de influenza comienza a infectar a las personas y cuando adquiere la capacidad de transmitirse de una persona a otra puede desatar una pandemia " . ¿A quién le creemos? El virus en cuestión, clasificado como A-H1N1, en las últimas semanas infectó a siete estadunidenses, de los cuales todos ya se curaron.. El CCPE sospecha que " podría ser el mismo que causó 16 muertes en México y quizá 45 más " . Según Córdova Villalobos, los decesos registrados en el valle de México son 60, pero en sólo 20 casos se ha identificado a plenitud el nuevo virus de la influenza porcina. Como salta a la vista, 20 o 60 o incluso 200 víctimas de un virus, en una población de 24 millones de habitantes, no constituyen una epidemia, sino apenas un brote de enfermedad. Desde la sede de la Organización de Naciones Unidas, en Nueva York, una lectora asidua de esta columna envió una copia del " informe restringido sólo para uso de funcionarios " de la ONU en México a propósito de la " influenza estacional " . El documento, que circula desde ayer en la tarde, dice así: " Tomando en cuenta la situación de influenza en el país, la cual está siendo atendida por la Secretaría de Salud en coordinación con la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, se recomiendan las siguientes medidas: mantenerse alejado de las personas que tengan enfermedad respiratoria. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. No saludar de beso ni de mano. No compartir alimentos, vasos y cubiertos. Ventilar y permitir la entrada de sol en las casas, oficinas y en todos los lugares cerrados. Mantener limpias las cubiertas de cocina y baño, manijas y barandales, así como juguetes, teléfonos y objetos de uso común " . Agrega: " En caso de presentar un cuadro de fiebre alta de manera repentina, tos, dolor de cabeza, muscular o de articulaciones, se deberá acudir de inmediato a su médico o a su unidad de salud " . Luego vienen estas palabras en letras muy negras: " En caso de corroborarse la enfermedad, para no contagiar a otros, se recomienda " , y en letras normales de nuevo enlista: " Visitar al médico para que establezca diagnóstico y tratamiento. Quedarse en casa y mantenerse en reposo hasta que no haya síntomas. Cubrirse nariz y boca al toser o estornudar. Utilizar cubrebocas. Tirar el pañuelo desechable en una bolsa de plástico. Estornudar sobre el ángulo interno del codo (sic). Una vez transcurridas 24 horas sin ningún síntoma se puede regresar a las labores habituales " . Por último, el informe observa que " la vacuna que se aplicó en diciembre de 2008 es la misma que se está aplicando en el presente año y no es necesario revacunarse en este momento. Nota: recomendamos estar atentos a las instrucciones y recomendaciones de la Secretaría de Salud " . Tremendismo inaceptable
La sobriedad de esa carta dista del tremendismo que Córdova Villalobos, el " gobierno " (o lo que sea) de Felipe Calderón, y los medios electrónicos a su servicio fomentan desde el jueves por la noche. Para la ONU no hay ninguna epidemia. Sus funcionarios en México no tienen prohibido ir al cine o al teatro o a estadios o a bares y restaurantes. Deben, eso sí, alejarse de personas enfermas de las vías respiratorias, y aislarse de inmediato si ellos mismos padecen alguna afección de este tipo. Ver al médico, aceptar un tratamiento y quedarse en reposo hasta que se alivien. Punto. Eso sí, de acuerdo con nuestra lectora neoyoquina, están en alerta desde ayer. Su contrato los obliga a contestar el teléfono a cualquier hora de la noche, y a presentarse a su centro de trabajo o donde les indiquen. En el hipotético caso de que mañana hubiese, por decir una cifra, 150 mil personas infectadas que de repente podrían requerir atención médica en clínicas y hospitales, tienen que estar disponibles. Nadie sabe cuál es la difusión actual de la enfermedad. Ese es el gran enigma que pende sobre México, y que el mundo contempla atento. Pero, por fortuna, en muy pocos días quedará despejado. Todos los virus de la influenza son aeróbicos, es decir, sobreviven en contacto con el aire hasta por 72 horas. Pueden resistir sobre una superficie como la del teléfono, el barandal, las manijas, el interior del coche, etc., y se debilitan o mueren con la luz solar. Pero como penetran en el organismo humano por la boca y por la nariz, no hay que olvidar las recomendaciones de no saludar de mano o de besito, lavarse las manos varias veces al día, no acercarse a los que estornudan o ya de plano tirarse al suelo en posición pecho a tierra si alguien con quien hablamos de repente lo hace (ay, sí). Debemos estar atentos y ser cuidadosos, pero también tomar en cuenta que los funcionarios de la ONU poseen los seguros de gastos médicos y de vida más caros del mundo, y que sus jefes no los pondrían en riesgo aconsejándoles medidas precautorias inferiores a los mínimos de seguridad, porque si éstas resultaran insuficientes las pérdidas económicas serían desastrosas. Así que, en serio, no permitamos que nadie nos manipule mediante el tremendismo, del que ha hecho uso, de manera irresponsable y sospechosa, el secretario de Salud. Si el jueves a las cuatro de la tarde -como reveló ayer en su conferencia de prensa-, Córdova Villalobos ya sabía que el virus de la influenza porcina era de una cepa nueva y capaz de ocasionar una epidemia, ¿por qué esperó hasta las 11 de la noche para anunciar la suspensión de clases en todos los planteles del valle de México? Al cierre de esta edición, desde Washington, un experto de la Organización Mundial de la Salud, entrevistado por Carmen Aristegui aseguró que no existe ningún antiviral que sea eficaz para combatir a la cepa A-H1N1 recién descubierta. Esto desmiente la falacia que Córdova Villalobos dijo en la tarde, en su conferencia de prensa, cuando afirmó que se cuenta con antivirales suficientes y adecuados para hacer frente a la enfermedad: " hay un millón de dosis y van mil casos " de contagio. Sí, pero ninguna de esas dosis sirve para nada. Postdata: profesores y estudiantes del Politécnico preparan medidas para exigir la renuncia de Fernando Sariñana a la dirección de Canal 11. La semana próxima, cuando se normalicen las cosas, empezarán a actuar.
Epidemia y confusión
El titular de la Secretaría de Salud federal (Ssa), José Ángel Córdova Villalobos, reconoció ayer, en una conferencia conjunta con su homólogo del Gobierno del Distrito Federal, Armando Ahued, y con el encargado del despacho de la Secretaría de Salud del estado de México, Roberto Martínez Poblete, que el país enfrenta una epidemia de influenza causada, hasta donde se sabe, por una nueva cepa del virus de la gripe porcina. El funcionario señaló que el número de muertes atribuidas a esta enfermedad asciende a 20 en el país, aunque se estudia otro medio centenar de defunciones que podrían estar relacionadas, y advirtió que la forma más eficaz de hacer frente a la situación es mediante el uso de antivirales, no de vacunas. Debe señalarse, por principio de cuentas, que la confirmación de que el país se enfrenta a una epidemia causada por un nuevo virus hace necesario que la población acate las recomendaciones enunciadas por las autoridades sanitarias: lavarse las manos con frecuencia, no compartir vasos ni cubiertos, no acudir a lugares concurridos, usar tapabocas y no automedicarse, entre otras. No obstante, las declaraciones vertidas ayer alimentan la impresión generalizada de que las medidas anunciadas por el gobierno federal la noche del pasado jueves -la suspensión de clases en todos los niveles, en planteles tanto públicos como privados-, más otras de mayor calado, debieron tomarse antes, a efecto de prevenir una situación de mayor gravedad, como la que hoy se presenta. Porque, nueva o no, la enfermedad en cuestión había comenzado a manifestarse de manera atípica desde hace más de una semana en la capital del país, y en entidades como el estado de México y San Luis Potosí, y eso tendría que haber bastado para que las autoridades pusieran mayor atención y concretaran un paquete de acciones que impidieran la multiplicació n de estos casos. En cambio, el discurso gubernamental ante esta emergencia ha estado marcado por desatinos e imprecisiones que, a querer o no, han acabado por generar un sentimiento de confusión, incertidumbre y zozobra en la población. Es inevitable recordar que desde el pasado jueves, antes de anunciar la suspensión de las actividades escolares, el propio Córdova Villalobos llamó a la población a mantener la calma y señaló que no se trataba de una epidemia descontrolada, sino de " casos habituales fuera de temporada " . En esa misma oportunidad aseguró que se comprarían 300 mil dosis de vacunas, adicionales a las 200 mil que había donado ya un laboratorio y a las 50 mil en posesión del sistema de salud pública. Horas más tarde se emitió la resolución de suspender las actividades en los ciclos de educación básica, media superior y superior, en una decisión que alentó la alarma de la población y que se tomó, para colmo, sin haber convocado alConsejo de Salubridad General, órgano encargado de la emisión de disposiciones sanitarias como la comentada e integrado por las autoridades de salud de todo el país, y que, sin embargo, apenas sesionó ayer por la tarde y sin arribar a ningún acuerdo. Asimismo, la supuesta inutilidad de la aplicación de las vacunas siembra dudas adicionales, pues si la respuesta a la enfermedad no pasa por la aplicación de la vacuna, no queda claro por qué entonces el virus parece atacar principalmente a aquellos sectores de la población a los que tradicionalmente no se aplica la inyección preventiva, administrada a los menores de tres años y a los adultos mayores. Por lo demás, como se advirtió ayer en este mismo espacio, el hecho de que las medidas preventivas adoptadas hasta ahora se hayan enfocado a la capital del país y municipios conurbados del estado de México, y no se extendieran a otras entidades, genera suspicacias, y hace obligado preguntarse si no se está desprotegiendo a amplias franjas de la población en el resto del territorio nacional ante la posibilidad de nuevos brotes de la enfermedad. Es necesario, pues, que las autoridades de salud corrijan estas deficiencias cuanto antes, a efecto de proyectar un sentir de seguridad y claridad en el rumbo y de mejorar, en esa medida, el entendimiento entre el gobierno y la sociedad, elemento por demás necesario para afrontar, sin escenarios de pánico y con pleno acatamiento de las recomendaciones sanitarias, una situación como la que hoy se vive. Juegos de Guerra, Emergencia Epidemiológica Ya van más de 24 horas de que la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, emitiera una alerta sanitaria contra la influenza porcina, y ya se ven los resultados de dicho estado de emergencia, pero no en el ámbito sanitario, sino en el social y esto es de alto interés para los servicios de inteligencia tanto civil (CISEN) y militar (Sección Segunda de la SEDENA). En estas primeras 36 horas, vemos que los medios de comunicación han dado una cobertura total a cualquier información que se genere con motivo de la alerta sanitaria, repiten sin cesar las medidas sanitarias dadas conocer por el Gobierno Federal y por supuesto, también por los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México, que hay que resaltar son de oposición al partido que detenta el gobierno federal mexicano. Es foco de atención la reacción que tienen los gobiernos de oposición, frente a esta emergencia, ambos se han dejado llevar también por el pánico y toman medidas desesperadas como el caso del Distrito Federal, donde se anunció primero una campaña masiva de vacunación, para horas más tarde echarse para atrás ante la ineficacia de la vacuna disponible. Otra medida de pánico es la cancelación de actividades culturales, que en el caso del Distrito Federal es hasta por 10 días. En cuanto a la población en general, esta por supuesto ha manifestado pánico, a través de la compra de tapabocas y medicamentos contra la gripe, mismo que se han comenzado a agotar en las farmacias, sobre todo aquellas cercanas a hospitales. Asimismo, se pueden ver a los transeúntes, sobre todo aquellos que usan el transporte colectivo metro, embozados con tapabocas. Ahora bien, hay un sector que acaso es el de mayor interés para los servicios de inteligencia: los grupos de resistencia civil y ONGs, pues varios de estos han comenzado a cancelar sus actividades públicas y masivas, como son asambleas, y actos de protesta, así como a difundir entre sus integrantes y simpatizantes las medidas preventivas dictadas por los tres gobiernos, el Federal, el del Distrito Federal y el Del Estado de México. Sin embargo, a mi me quedan muchas preguntas en el aire, que curiosamente ningún periodista hizo a los secretarios de salud de los tres gobiernos involucrados, cuando dieron una conferencia de prensa el día de ayer, y que por su relevancia deberían darla a conocer, pues ayudarían de manera efectiva a crear un cerco sanitario efectivo en caso de que la epidemia de influenza porcina sea real: ¿En que rangos de edad se encuentran la víctimas fatales y en que rango las que están enfermas? ¿Cuál es la condición económica de las personas afectadas, viven en zonas rurales, semiurbanas o urbanas? ¿Cuáles son las actividades que desarrollan, son granjeros que tienen contacto con cerdos, son trabajadores de un rastro, hay familiares de dichas personas que estén afectadas por la influenza? Hasta ahorita solo el Gobierno del Edo. de Méx. ha dado a conocer el número de víctimas fatales en su Entidad, el lugar de los decesos y el número de las que se encuentran enfermas: las cifras son de 3 muertos, 1 en Atizapán y dos en Toluca, más 45 enfermos. ¿Ha de suponerse que el resto de las víctimas (900 enfermos y 56 muertos) son en el Distrito Federal? Asimismo, no puedo dejar de comparar este alerta sanitaria con la que hubo en Inglaterra ante la gripe aviar, y conste que este virus es fatal en un 70 por ciento de los casos, sin embargo, en aquel país las medidas sanitarias se limitaron a desinfectar los zapatos de las personas que circulaban del campo a las ciudades, así como en los aeropuertos, nunca se prohibieron las actividades culturales ni se suspendieron las clases. Es curioso, que además esta alerta sanitaria se dé en el contexto de las maniobras navales de la UNITAS, donde participan entre otras, las fuerzas armadas de EE.UU. y de México. Por si fuera poco, hay que recordar que también se ha señalado que en los EE.UU. se han reportado 7 casos de esta influenza porcina en California y que Canadá se mantiene a la expectativa, no olvidemos que estos dos países junto con México tienen una alianza militar conocida como ASPAN, en la cual establecen el apoyo muto frente al narcotráfico y el terrorismo, que bien podría hacer uso de armas biológicas contra alguno de estos tres países, y por lo tanto, es necesario desarrollar mecanismos para enfrentar una emergencia sanitaria. Así pues, les dejo esta artículo para que reflexionen sobre esta alerta sanitaria que nos esta llevando a un virtual estado de excepción, por lo pronto, los grupos de resistencia civil y las ONGs han comenzado por la autolimitació n, pero ¿Qué pasaría si el día de mañana amanecemos con una suspensión de garantías decretada por el Congreso de la Unión, y con el pretexto de la epidemia de influenza se nos prohibiera la libertad de reunión y asociación política? L.D. Jesús Palma

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